La predisposición al optimismo o la sensación de autoeficacia, factores comunes de las mujeres que amamantan.
Alberto Soler, junto con Julio Basulto, ofrecerá una charla para Mammalia el próximo sábado 22 de octubre (17:00 h) en el Conservatori de Torrent: «Verdades y mentiras sobre niños que maman más de un año». Puedes reservar tus entradas AQUÍ.
Hemos disfrutado mucho charlando con él para hacer esta entrevista. Alberto Soler es psicólogo en Valencia, padre de preciosos gemelos de dos años y medio, comprometido con la lactancia materna y una crianza donde las necesidades de los niños son respetadas.
Desde su blog, redes sociales y colaboración con los medios de comunicación nos lo cuenta. También en sus interesantes y divertidos vídeos Píldoras de Psicología.
Alberto, ¿cómo comenzaste a interesarte por la psicología?
Cuando era niño tenía dos áreas de interés muy diferenciadas; por un lado me apasionaba (y me sigue apasionando) todo lo relacionado con la electrónica y la informática, disciplinas muy lógicas en la que es muy divertido aplicar la solución de problemas. Todo tiene un porqué. Y si no lo encuentras, es que no has buscado lo suficiente. Luego también estaba la psicología y el comportamiento humano, siempre me ha resultado muy curioso por qué la gente se comporta como lo hace, analizar sus motivaciones, miedos, ilusiones, etc. Llegado el momento, tuve que elegir entre orientar mi vida hacia un camino o hacia otro, decidí que la informática sería mi afición y comencé mis estudios de psicología.
La psicología es muy amplia. ¿En qué ámbitos trabajas preferentemente? ¿Por qué?
Mucha gente se sorprende cuando les digo que no soy psicólogo infantil. Mi especialidad es la psicología clínica y la psicología de la salud; mi día a día es trabajar con personas que atraviesan momentos complicados en su vida, transiciones evolutivas, momentos de cambio, en los cuales pueden aparecer problemas de ansiedad, depresión o de otra índole. Y yo les ayudo a superarlos.
Durante años trabajé en una clínica en la cual había un volumen de trabajo descomunal; éramos los encargados del área de psicoterapia de una gran compañía aseguradora, y el volumen de pacientes que teníamos era enorme. En ese contexto, comencé a trabajar con muchos niños que traían sus padres a consulta por problemas de hiperactividad, mala conducta, fracaso escolar, etc.
Trabajé con esos niños de manera individual, en grupo, les escuchaba, hablaba con sus padres, y en la mayoría de casos llegaba a una misma conclusión: esos niños no tenían ningún problema. Durante horas les pasaba pruebas clínicas y finalmente veía que ese diagnóstico de TDAH con el que venían no había manera de sostenerlo. Todo esto me llevaba a hacer mucha pedagogía con los padres, explicarles qué es un niño, cómo es su desarrollo, qué conducta podemos esperar de él en cada momento, qué es normal y qué no lo es… Y poco a poco esa pedagogía sobre la infancia y la crianza se ha ido convirtiendo en una parte más importante de mi trabajo, que a día de hoy sigo compaginando con la psicología clínica.
¿Qué papel juega la lactancia materna en el vínculo madre-hijo?
El papel de la lactancia materna en la relación madre-hijo es fundamental; las hormonas que hay detrás de la lactancia (fundamentalmente, prolactina y oxitocina), además de actuar sobre la glándula mamaria para que ésta fabrique la leche, también actúan sobre el cerebro de la madre facilitando la conducta maternal.
La prolactina se ha considerado como la hormona que más influye en la conducta materna, y siendo que ésta se encuentra en niveles mucho más elevados en las madres que lactan, es probable que la maternidad y crianza les resulten más sencillas que las que han tenido que recurrir a la lactancia artificial. Esta misma hormona ayuda a disminuir el estrés de la madre y a desarrollar conductas de protección hacia el recién nacido. Por su lado, la oxitocina, también media en el vínculo madre-hijo, promoviendo sensaciones de amor intenso que facilitan que la madre desee y busque la cercanía de su hijo.

Alberto Soler (psicólogo), en la Fiesta de la lactancia materna (Valencia, 2/X/2016) con las voluntarias de Mammalia.
¿Qué les dirías a tus colegas que afirman que la lactancia materna a partir de determinada edad «crea dependencia»?
¡Les pediría referencias! El propio código deontológico de los psicólogos insiste en varios de sus artículos en que los profesionales deben basar sus intervenciones y consejos en la evidencia científica disponible. Es irresponsable hacer afirmaciones que escapan de la evidencia científica disponible.
En el momento actual no se han constatado riesgos físicos ni psicológicos en niños que toman pecho por encima de los 2-3 años de edad; de hecho algunos estudios, encuentran beneficios a nivel de ajuste psicológico (mayor autoestima, mejor desarrollo emocional e intelectual, etc.) que son dosis-dependientes, esto es: mayores a mayor duración de la lactancia. Por no mencionar, por supuesto, los beneficios a nivel inmunológico y de salud general, los cuales son muy conocidos.
Las madres que amamantan reciben con relativa frecuencia comentarios de desaprobación, en relación al lugar, momento o edad del niño ¿consideras que hay una forma idónea de responder a estos comentarios? ¿Depende del interlocutor y del contexto?
La respuesta va a depender de muchos factores, especialmente de las habilidades sociales que tenga la madre. Hablamos de situaciones que, afortunadamente son cada vez menos frecuentes, pero que siguen dándose.
Es importante que la madre tenga clara la normalidad de su conducta, cuáles son sus derechos (no solo legales, sino asertivos) y de una respuesta firme pero calmada. Que evite caer en el estereotipo de “loca de la teta” con la que muchas veces quieren encasillar a esas madres. Mediante la práctica y el entrenamiento en asertividad se pueden llegar a gestionar de una manera muy satisfactoria estas situaciones que, insisto, cada vez son menos frecuentes.
Cuando estos comentarios son en presencia del niño, ¿cómo pueden las madres minimizar el posible impacto negativo?
El niño probablemente reaccione en función de la respuesta emocional de la madre; si ésta responde de un modo calmado ante el “desafío”, con una sonrisa y firmeza, no tiene por qué haber ningún impacto negativo. Ante las posteriores preguntas (“¿qué ha pasado, mami?”) se ha de responder de un modo igualmente calmado y con sinceridad (“nada cariño, que ese señor se ha equivocado y pensaba que no podías tomar teta aquí, pero ya le he explicado que estaba equivocado”). A veces no es necesario nada más.
¿Crees que las mujeres de nuestro entorno que no destetan precozmente tienen algunos rasgos comunes?
Hay estudios que analizan los factores psicológicos que tienen en común las mujeres que dan el pecho; se ha visto que factores como la predisposición al optimismo, la sensación de autoeficacia o los niveles de ansiedad, son más importantes incluso que el apoyo social, la actitud frente a la lactancia o la intención de amamantar.
Es muy probable que entre aquellas madres que dan el pecho durante más tiempo existan ciertos rasgos en común; por ejemplo me atrevería a aventurar que el locus de control interno (sentir que se está en control sobre su vida), mayor tolerancia a la frustración, resiliencia o tendencia a la búsqueda de información serían algunas variables presentes en mayor medida en aquellas madres con lactancias más duraderas. No obstante, hay que tener en cuenta algunos factores socioeconómicos que también juegan un papel importante.
¿Cómo puede influir la lactancia materna, o su ausencia, en la relación de pareja? ¿Y la duración de la lactancia materna?
Esto claramente va a depender del tipo de relación que haya previamente. Si hablamos de una relación en la que la crianza de los hijos es algo “de ella”, pero su cuerpo es algo “de él”, tendremos muchos problemas. En una relación madura, consolidada, en la que ambos se comprometen en la crianza y educación de los hijos, que buscan y comparten información, que debaten sus ideas, que son flexibles y respetuosos, no es que la lactancia no les vaya a influir negativamente, sino que se verá como una parte normal de la vida, dure lo que dure esta lactancia.
¿Qué destacarías del papel del padre en la crianza de los niños amamantados?
Vivimos en una sociedad patriarcal en la que a los hombres nos cuesta mucho aceptar las situaciones en las que no somos los protagonistas. Pues bien, esta es una de esas situaciones, el protagonismo lo tienen madre e hijo o hija, no el padre. Su papel es secundario, pero de una importancia enorme.
Son muchos padres los que se sienten desorientados al no encontrar su lugar en la lactancia, como si fuera algo que le es ajeno, y ahí está la confusión: el hombre (o la mujer no lactante en parejas del mismo sexo) no es el protagonista pero su papel (de apoyo) es esencial.
Será el padre quien vele por dar a su pareja e hijo un contexto facilitador de la lactancia; mediará ante la familia, especialmente durante las primeras semanas, poniendo los límites que madre e hijo necesitan; se encargará de tareas logísticas (comida, casa, ropa, etc.). La lista es casi infinita (aquí hablo con más detalle del tema) pero una parte esencial es que respetará y confiará en su pareja, especialmente en los momentos en los que la lactancia no es tan fácil como habrían esperado.
Nunca presionará para que abandone la lactancia (“no sería más fácil si le damos un biberón, así te ahorras esos problemas”), facilitará que reciba el apoyo social y profesional necesario para lograr una lactancia satisfactoria, y estará a su lado en todas las decisiones que tome. En un digno segundo plano.
¿Cómo crees que las asociaciones de apoyo a la lactancia materna podemos contribuir a la normalización de la lactancia materna no interrumpida?
Actualmente, más allá de asociaciones como la vuestra, el apoyo a la lactancia por encima del año es muy poco habitual. Las madres encuentran rechazo, sorpresa e incomprensión desde el ámbito sanitario, familiar o social. Mientras este escenario no cambie, sois muy necesarias. Tenéis un papel importantísimo en devolverle visibilidad a algo que nunca debió esconderse.
Devolver la normalidad a algo que siempre ha sido normal. Y sobre todo hacer una labor educativa y de divulgación que el sistema, en estos momentos, no da. Ojalá llegue el día en el que asociaciones como la vuestra no tengan sentido, yo me alegraré mucho. Pero hasta ese momento vuestra labor es básica para muchísimas madres que deciden dar lo mejor posible a sus hijos.
¡Muchas gracias Alberto! Con muchas ganas de escucharte el 22 de octubre en Torrent.
Algunos estudios encuentran beneficios a nivel de ajuste psicológico (mayor autoestima, mejor desarrollo emocional e intelectual, etc.) que son dosis-dependientes, esto es: mayores a mayor duración de la lactancia. Por no mencionar, por supuesto, los beneficios a nivel inmunológico y de salud general, los cuales son muy conocidos.
Alberto Soler (psicólogo)
Alberto Soler es psicólogo y padre de dos hijos. Master en Psicología Clínica y Salud, y Especialista en Psicoterapia (EuroPsy), cuenta con más de 10 años de experiencia y 8.000 horas de psicoterapia y asesoramiento a padres sobre cuestiones relacionadas con la crianza. Es el autor del videoblog de divulgación Píldoras de Psicología, en el que cada semana trata un tema diferente relacionado con el crecimiento personal y la crianza de los hijos. Ha colaborado en varios espacios de radio, televisión y prensa como El País Semanal o El Huffington Post, y en la actualidad compagina su clínica privada de psicología con charlas y conferencias sobre educación y crianza.
- Maria Boix, de Mammalia: “Se puede dar la teta mucho más allá del año, con ayuda y asesoramiento”. CV Radio.
- “Nutrición, crianza y lactancia ¿están relacionadas?” con Elisa Medina, Mar Alegre (Mammalia) y Alberto Soler (psicólogo) (#GenteSana-#GenteDespierta-RNE, 21/10/2016)
- La leche materna SÍ alimenta a partir del año. Julio Basulto.
- Por qué la lactancia en niños mayores de un año no es una moda. El factor nutricional que más influye sobre la salud a largo plazo es la lactancia materna. El País. Julio Basulto.